
La derecha no cree que la educación deba proveer de iguales oportunidades de desarrollo de la personalidad para todos, cree que “los padres” tienen un “derecho humano” a que esas oportunidades se distribuyan conforme a una lógica de mercado (precio-calidad) y el Estado, por su parte, tiene el deber de subsidiar a los pobres para “asegurar un mínimo de calidad”.
Por Fernando Atria, El Mostrador.